Piercing en labios, frenillo o lengua… un foco de bacterias para nuestra boca
14, Jul, 2013 en Odontología
Los piercings en la boca pueden resultar sexys y modernos, pero sin duda, son también los culpables de multitud de malformaciones y dolencias bucodentales.
Ahora que los adolescentes de finales de los 90 y principios de los 2000 llevan unos cuantos años con el piercing puesto, los odontólogos estamos verificando nuestros peores temores: los piercings que se realizan en la lengua, frenillo o labios son una fuente de problemas en boca y dientes.
A continuación, les vamos a enumerar los principales problemas que ocasionan y por qué desde Isidro y Márquez Estética Dentofacial, no aconsejamos su uso:
- Reacciones alérgicas. Esto es algo que debe consultarse antes de llevar a cabo la intervención. Hay que comprobar si la persona que se lo va a poner es alérgica a ciertos metales, principalmente si la perforación se va a realizar en la lengua, para saber si es recomendable que se lo ponga. De hecho, los odontólogos solemos recomendar que mejor utilizar un piercing de plástico, ya que es más difícil que provoque alergias o infecciones en la boca.
- Inflamación. No es raro que la lengua se inflame después de la perforación, pero en algunos casos la inflamación es tan grave que puede dificultar la respiración. En esos casos, es necesario acudir al médico.
- Fracturan los dientes. Los dientes astillados son un problema muy común en las personas que llevan piercing en la lengua. Estas fracturas pueden limitarse al esmalte dental y requerir un empaste para evitar la acumulación de comida y bacterias en los huecos, o pueden ser más profundas y requerir una endodoncia e incluso la extracción del diente.
- Es común y sabido por mucha gente que los piercing pueden provocar infecciones en la superficie perforada. Lo que no se suele saber es que las infecciones en la boca también pueden derivar en infecciones en otras partes del cuerpo, provocando así múltiples problemas de salud.
- Recesión de las encías. Esto ocurre principalmente con los piercings realizados en el labio. Con el paso del tiempo la superficie trasera del pendiente va rozando las encías provocando un desgaste (recesión) en ellas. En el caso de que la recesión sea muy evidente, lo recomendable es quitar el piercing o al menos cambiarlo por uno de aro, cuya superficie roza menos con la encía.
Para evitar parte de estos problemas, es necesario que la persona que utilice piercing extreme la su limpieza bucal y no sólo durante el periodo de curación. Es conveniente que periódicamente se lo quite para poder limpiar la barra. De esta manera se evitará acumulación de bacterias y futuras infecciones.
Sara Márquez Sánchez
Licenciada en Odontología por la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid, Máster en Periodoncia, Implantología y Cirugía Bucal por la Universidad de Alcalá de Henares-Institución Universitaria Mississippi. Más información
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